Una verdad incomoda
»Con 20 tanques se pueden llenar muchas páginas de periódicos, pero grandes artículos, sobre como serán nuestras relaciones con Rusia en el futuro hay pocos.«
Jens Plötner (apartidario), asesor de política exterior del Canciller Alemán Olaf Scholz (SPD) se pronunció de esa manera al frente de la Sociedad Alemana para Política Exterior, como era de esperar, teniendo en cuenta el nivel al cual se debaten las decisiones diplomáticas, le llovieron las críticas y acusaciones.
Acusaciones que no son menores, y demuestran la falta de información y de compresión sobre cómo funciona la diplomacia y que muchas veces —al contrario de lo que muchos creen— no se trata de medir la palabra, en este caso de expresar una verdad incómoda, que saca a la luz las diferencias entre un hombre capaz de hacer y entender la diplomacia, y otro que cree entenderla a la perfección.
Muchas voces se expresan sobre el envío de armas a Ucrania, paquetes de sanciones a Rusia y sobre un nuevo tipo de diplomacia, que curiosamente deja de serlo. El debate que planteó Plötner, es profundo y lanza una primera pregunta fundamental: ¿Cómo podemos hablar de diplomacia si momentáneamente queremos cerrar las puertas para una negociación? Nunca debemos de romper completamente el intercambio de información, jamás debemos de cerrar los canales de diálogo. Las conversaciones ofrecen para un diplomático la capacidad de obtener información oficial sobre un hecho en concreto, la cual permite luego elaborar estrategias. ¿Cómo podemos elaborar estrategias si no sabemos cuál es la situación real? Sería un error no estar telefónicamente disponible para alguien, solo porque defiende intereses opuestos a los nuestros. La idea central de esto es: ¿Cómo sabemos qué información recibe Putin de su entorno? A través de una difícil e incómoda conversación podemos obtener mucho más que sacando conjeturas, o haciendo inteligencia.
El 24 de febrero de 2022 repercutió fuertemente en Europa. 2 años desde ese momento y aun en el núcleo del asunto, seguimos discutiendo las mismas cuestiones. La política alemana y occidental en gran medida solo se preocupa en si se necesitan más sanciones a Rusia, o más tanques Panzer a Kiev, pero nadie se pregunta qué es lo que pasará al final de la guerra.
Solo un hombre se pronunció frente a la opinión pública sobre este asunto, lo hizo sin tapujos y mirando a los ojos a los mayores expertos en política exterior.
Para el grueso se trata de un nombre desconocido, pero lo cierto es que ya sobre su escritorio pasaron las grandes decisiones diplomáticas que Alemania tuvo que tomar desde hace algunos años. Mientras Frank-Walter Steinmeier el actual Bundespräsident (Presidente Federal de Alemania) ocupó el puesto de Ministro de Asuntos Exterior, Jens Plötner fue su escudero. Hoy, designado como AL2 —como se conoce su puesto en la jerga diplomática— tiene un peso igual o incluso mayor al que tiene Annalena Baerbock (Bündnis 90/Die Grünen), la Ministra de Asuntos Exteriores. Este hecho marca algo importante y no debe de pasar desapercibido, la política exterior el canciller Scholz la quiere decidir en su órbita, en el Kanzleramt (la Cancilleria) y no tanto en el Auswärtiges Amt (Ministerio de Relaciones Exteriores).
Plötner ocupa el puesto desde diciembre de 2021, unos meses antes del comienzo de la guerra en Ucrania, y en mitad de febrero de 2022, viajó junto a Scholz a Moscú, donde mantuvieron conversaciones con Putin.
El trabajo de un asesor debe de ser objetivo y pensar en nuevas alternativas, y es justamente en lo que se lo crítica a Plötner, expresó pensamientos objetivos totalmente opuestos a los que se repiten en los medios, o peor aún, en los Embajadores o diplomáticos en las embajadas alemanas alrededor del mundo. A Rusia muchas veces se la conoce como la »Gran Nación Rusa« ¿desde cuándo existe esta? ¿Desde el tiempo del Principado de Kiev, desde la caída del mismo, desde la gran Revolución o desde la caída de la Unión Soviética? La historia del Principado de Rusia data desde el año 860 y la Unión Soviética terminó en 1991. Rusia se sitúa en Eurasia desde hace aproximadamente unos 1300 años, brutales guerras, golpes de Estado, revoluciones, hambrunas, todo esto resistió ese enorme pedazo de territorio que es hoy en día, ¿qué nos hace pensar que será este el fin de Rusia? Una cosa es pensar en la Rusia de Putin, otra es pensar en Rusia como nación en sí, y no se debe de caer en ese error. El punto es que Rusia estará allí, y es por eso que independientemente de los hechos, debemos de centrarnos en entenderlos, ver como piensan, para así poder enfocarnos en relaciones futuras. Esto también debe de ser una dimensión importante del »Zeitenwende«. No solo se debe centrar esfuerzos en el envío de armas o sanciones, también se deben centrar en cómo relacionarse con Rusia en el futuro.
Una Ucrania moderna: sobre la unidad histórica entre Rusos y Ucranianos
Las acusaciones hacia Plötner son de una gravedad intelectual gravísima, pero lo que es absolutamente peor es el desconocimiento que se tiene en occidente sobre el artículo firmado por el mismísimo Putin titulado »Sobre la unidad histórica de rusos y ucranianos«.
Independiente de lo que firma el artículo, que se desarrolla como un ensayo histórico, algo no nuevo en el Presidente Putin, el mismo se trata de un aviso, y deja casi explícitamente lo que luego sucedería en febrero de 2022, al año siguiente de publicada su tesis. Pero en verdad, no debe de sorprender la ignorancia que se tiene en torno al pensamiento —aún un enigma en muchos aspectos— respecto a Putin, de hecho, la guerra para cualquier experto que mire los hechos desde una manera neutral, no comenzó el 22 de febrero de 2022, comenzó muchísimos años antes, no en Crimea 2014, aún más atrás. La cuestión bien desarrollada puede ser compleja para el ojo no entrenado, pero habría que remontarse unos 30 años atrás. Llega Gorbachov y »permite« la reunificación alemana, y por si esto fuera poco, su ingreso a la OTAN. Pero el mismo pone una condición: las fuerzas de la OTAN no debían moverse ni un centímetro más hacia el este. Esto le prometió James Baker, el entonces secretario de Estado Americano, a Gorbachov, pero este pacto de palabra fue violado casi inmediatamente. Fue con Bill Clinton en el poder que la OTAN comenzó a expandirse hacia las fronteras rusas. En 2008, George W. Bush siguió con esta política y luego Barack Obama fue tan lejos, que propuso la entrada de Ucrania y Georgia a la OTAN. Fue demasiado lejos.
Hay que leer el artículo de Putin entre líneas para ver que lo que él plantea es simplemente un cansancio del juego con Rusia, y esto tiene que ver con ignorar completamente como piensa Putin. Lo demostró en la Segunda Guerra de Chechenia con su mano dura con los terroristas, Nadie juega con Rusia. Y ahí se enmarca su frase célebre
»Si hay terroristas en el baño, los eliminaremos en el baño.«
Para Putin es inconcebible una Ucrania que se acerque a la OTAN, lo planteo Helmut Schmidt, el ex Canciller Alemán, »La OTAN no tiene nada que ir a buscar allí«, sea quien fuese que gobierne Rusia, jamás podría concebir eso, y esa lectura falló completamente en la diplomacia occidental. Es por esto que Putin plantea una Ucrania moderna que tenga una hermandad con Rusia, lo plantea desde un punto de vista estratégico, geopolítico, así como lo haría Washington si Rusia quisiese poner misiles en México.
El Zeitenwende de Jens Plötner
Está fuera de discusión que Alemania necesita una política de seguridad, pero es muy difícil crear una si no se tienen los lineamientos y se improvisa sobre los hechos. Sí leemos los lineamientos planteados por la coalición que gobierna Alemania en la actualidad, encontraremos una sorpresa mayúscula, la política exterior respecto a Rusia ocupa un rol totalmente secundario, de hecho solo se mencionan algunas acotaciones. Muchos acusan esto a que la guerra vino después, para ello basta volver a leer este artículo y darse cuenta de la falsedad de ese argumento. Claramente una política exterior europea es una piedra fundamental en este cambio de época, pero es necesario también que Europa y Alemania obtengan una neutralidad respecto a las decisiones tomadas en la Casa Blanca, dicho de otro modo, es necesario para Europa y Alemania separarse un poco de Estados Unidos. Para esto, se debe de desarrollar una política exterior con una mirada más nacional y europea, y lanzar una mirada más crítica a Washington. Y ahí es donde podemos enmarcar la frase de Plötner. Claramente, Estados Unidos tiene razones para debilitar y destrozar a Rusia, pero deberíamos de preguntarnos si Alemania también las tiene. La guerra está lejos de Estados Unidos, pero cerca de Alemania. Le pido al lector que vuelva a leer esa frase nuevamente y la piense.
Jens Plötner planteó que el »Zeitenwende« tiene 3 dimensiones, una nacional, una europea y una mundial. Aquí tambien se podría añadir una cuarta, y quízas sea la más importante: una nueva mirada a los intereses de los Estados Unidos de América.